EL INICIO DE CURSO, ARTÍCULO DE OPINIÓN

Primera colaboración de este curso en Bajo Aragón Digital (http://www.bajoaragondigital.com/index.php?option=com_content&view=article&id=12549:pablo-lorente&catid=3:opinion&Itemid=164). En esta ocasión sobre el inicio de curso.

Pablo Lorente

El inicio de curso Un barrendero recogía esta mañana hojas muertas a la puerta del instituto. La mañana es fresca, el cielo está encapotado y la vida vuelve a la rutina tras el mes de agosto; el verano está a punto de acabar y miles de alumnos volverán a las aulas en pocos días. Para los profesores, para mí al menos, en realidad el año comienza ahora y no tanto el día uno de enero, fecha que, en realidad, es poco relevante porque nada comienza sino que todo continúa. Toda la vida metido en un aula genera esas fijaciones. Leo un artículo sobre un estudio del rendimiento académico del chavalerío británico que me viene como anillo al dedo para animar al personal en este inicio de curso (http://www.elmundo.es/salud/2015/09/04/55e8801746163f11498b4587.html): “aquellos que dedicaban más tiempo a actividades como la lectura o las tareas de la escuela, en lugar de utilizar las pantallas, obtenían mejores puntuaciones en los exámenes”. A cualquiera se le ocurre que esto es evidente, claro y, sin embargo, hay que recordarlo porque según el estudio, pasarse de pantallitas –lo que es perder el tiempo de toda la vida- hace bajar la media hasta 9 puntos en secundaria en el sistema escolar de aquellos lares. ¿Qué se debe hacer entonces? Mucho podríamos hablar al respecto pero lo voy a resumir en dos sentencias: los alumnos lo que tienen que hacer es leer, leer y leer. Además, superar un curso requiere trabajo, mérito y esfuerzo. El mundo de nuestros jóvenes funciona a dos marchas. Por un lado, la diversión constante está en las pantallas (móviles, cine, series, consolas y videojuegos). Ello implica, al parecer, otras formas de funcionamiento de la mente y de la comprensión del mundo: la velocidad, la consecución de objetivos al apretar un botón de un móvil o un ordenador y la instantaneidad. Por otro lado y, a pesar de los pesares, los estudios son todo lo contrario de lo que acabo de exponer de forma un tanto grosera. Los estudios, de cualquier tipo, exigen enormes dosis de paciencia, puesto que los resultados (conocimiento) no se pueden apreciar a corto plazo. Retomando lo antes expuesto, la lectura –por resumirlo mucho- es la gimnasia de la mente. La experiencia me demuestra año tras año que los alumnos que más leen (casi siempre chicas) obtienen mejores resultados, no es ninguna novedad. A ello hay que añadir el trabajo, el esfuerzo y todo lo que ello conlleva: sacrificio, necesitar los fines de semana para estudiar, no poder salir al jugar al fútbol… es una faena, sí, pero es así. Y al final, en junio, se obtiene un numerito, una nota, de acuerdo con todos estos ingredientes y otros muchos factores, claro. Nunca se puede decir el profesor me ha suspendido, el mérito está en cada uno. Así que ánimo.